El universo se creó con una gran explosión... O eso es lo que se cree a día de hoy. Sin embargo... las estrellas tienen otra historia.  La guerra entre los Cryptids y los Astrales lleva una eternidad ocurriendo, destrozando cuerpos celestes y formas de vida de alrededor del universo. Antaño casi todos los planetas eran vergeles de vida y cientos de millones de especies convivían en la galaxia. Sin embargo, poco a poco, debido a esta guerra muchas fueron borradas del mapa. 

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Fue gracias a los Astrales que se encontraría una solución a este problema. Con una mezcla de arcanismo y tecnología se pudo crear una reliquia capaz de hacer un reset. Sería el último recurso de la guerra, la última esperanza de los astrales: B' Igh Bnag.

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Los Astrales trataron de terminar la guerra a toda costa, pero incluso entre sus filas comenzó a sentirse la corrupción que causaban los Cryptids y pronto muchos sucumbieron a su fuerza oscura. Entonces, en un desesperado intento de cambiar la balanza, Phosphora, la emperatriz del reino Astral y alma del Lucero del Alba, utilizaría la reliquia, reseteando el universo. 

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Todo era diferente ahora, muchos planetas habían desaparecido sin dejar rastro, cientos de razas y civilizaciones perdidas en el proceso, incluidos los mismísimos Astrales... Y la reliquia, perdida en el espacio. Pero Phosphora no desesperó, pues los Cryptids habían desaparecido y por fin reinaría la paz... O eso pensaba. Pues su más poderoso general no había cesado de existir. Antaño el consejero y más leal acompañante de Phosphora, acabó sucumbiendo ante la corrupción, transformándose en el líder de las fuerzas del Vacío, los Cryptids.

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Noctus recuperó su ejército a base de corrupción de almas, en busca del artefacto con el que podría reinar eternamente sobre el universo.

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Fue la Tierra el lugar en el que finalmente la última Astral encontraría la reliquia y el lugar en el que finalmente se asentaría, protegiéndola de Noctus y sus fuerzas con la ayuda de sus Paladines desde entonces. Almas humanas que serían tocadas por las almas de las estrellas. Los guardianes de la reliquia y de la humanidad entera. 

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Sin embargo, al igual que su Astral enemiga, Noctus también designaría a sus propios soldados, sus profetas. Su misión: Recuperar la reliquia a toda costa y acabar con la amenaza Astral de una vez por todas.

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Desde entonces una guerra se libra en las calles de Victoria, Canadá. Lugar en el que el conflicto entre Astrales y Cryptids no parece terminar jamás...

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Los soldados de esta guerra han de compaginar sus vidas universitarias (o en su defecto, sus trabajos o vidas en Victoria) con las batallas a llevar a cabo. Si ya solo lo primero es complicado... Deseadles suerte.